Siempre en las motivaciones de la elección de una persona para que se haga cargo de un tema determinado, hay razones que son evidentes y otras, no tanto.
por Dr. Carlos YelinEn el caso de hoy, es evidente que nos seleccionaron por el vínculo de amistad. Pero, me preguntaba, por qué "justo a mí". Ahí debieran aparecer las razones menos notorias. Pero elegir a un santiagueño, para que hable sobre el tiempo, suena como algo paradójico. En circunstancias, las paradojas, son sugerentes.
Pareciera que los "norteños", nos hemos quedado un poco "fuera" del tiempo.
Seguimos durmiendo la siesta, cuando la corriente de la modernidad impulsa al horario corrido. O, nos damos tiempo para charlar, y escuchar prolijamente la conversación con un amigo. O, le dedicamos una fracción del "tiempo", para circunstancias triviales, que bajo la visión modernosa, resultaría una "perdida" de tiempo.
Siempre se cita, que en el aspecto tan particular del humor, nos diferenciamos, por nuestra singular parsimonia. Por razones lógicas, en Rosario o en ciudades que se precien por su actividad, y crecimiento, solo hay tiempo para el chiste corto, para la "ráfaga" de humor. Por el contrario si ése encuentro se diera en mi ciudad natal, Santiago, surgiría un "cuento", o sea una pequeña narración, con todos los atributos de ése tipo de relato. O sea una etapa introductoria, un planteo, un nudo, y una conclusión. Con éste razonamiento no prejuzgo si nuestro estilo es el adecuado, pero no tendría dudas que es el que mejor se adapta a nuestra eterna modalidad reflexiva. Valorar el tiempo, en la amistad, en los afectos, en el vínculo, implica establecer una impronta en ésa misma forma de la valoración, en lo laboral.
La "valoración", del tiempo.
Traslademos el ejemplo que dimos sobre el humor, a la medicina, y pensemos en la valoración, que los médicos hemos dado al contacto con el paciente, o sea la entrevista, en contrapartida a los que el paciente debe dedicar a otras actividades vinculadas a la búsqueda o prevención de la salud, como los estudios complementarios, y tratamientos. Creemos, que tanto en el paciente como en el médico, ha ido cambiando la valoración del tiempo dedicado a los actos médicos, por la tendencia a la tecnificación de la medicina y de la mayoría de las actividades vinculadas a ella. El propio paciente, cuando espera con más ansiedad e inquietud el resultado de un análisis, contra la expectativa de una entrevista médica, está depositando mayor confianza en la técnica que en el contacto humano. Sin desenfocarnos del tema que hoy nos reúne, analicemos las causas por las que el "tiempo" de la técnica importa más que la relación humana.
Por ejemplo, si a cualquiera de nosotros, se nos pregunta, ¿qué es más importante, una entrevista, o una Tomografía Computada?, sean médicos o pacientes, es probable que se inclinen por la Tomografía. Lo particular del suceso, es que si la indicación de la tomografía fue apropiada, constituye un estudio de una riqueza excepcional, pero si fue inadecuada, su valor es ínfimo, en cambio la entrevista, aún con las dificultades actuales, y con una empatía discreta, cada minuto vale muchísimo. Una de nuestras básicas inquietudes docentes, ha sido tratar de transmitir a los alumnos y graduados, la tremenda importancia del tiempo dedicado a la entrevista médica. Pero aclaremos, que nos preocupa el tiempo significativo, no el transcurrir del tiempo con el paciente. Para aclarar que queremos expresar con el tiempo significativo, usamos el peyorativo ejemplo que: no sirve una hora con el paciente, si al médico le tenemos que dar un mazo de naipes, para que "transcurra" la hora. Nos referimos a crear en el profesional la actitud y la habilidad de promover un vínculo, romper barreras, transmitir la sensación que todo lo que diga o haga el paciente nos interese, aunque nos traiga una montaña de estudios sin vigencia. Adoptemos una actitud de escucha activa, para que perciba que lo más importante de lo que suceda en ésos minutos está referido a él. Valorar el tiempo implica, actuar sobre él. Si introducimos ésa medición del tiempo, el minuto, ingresamos a la problemática de la extensión a la visita médica. Desde la década del 50, en las que los Prof. Juan Martínez y Gonzalito, daban un mínimo de una hora a la visita, y que podía extenderse sin límites, hasta los escasos 10 o 15 minutos actuales, se han ido produciendo cambios fundamentales que motivaron la reducción del "tiempo". Y así; el tema de:
El Tiempo en la Medicina , puede enfocarse desde tres perspectivas;
1- EI tiempo del Médico.
2- EI tiempo del Paciente
3- EI tiempo de la Enfermedad.
Comencemos por un simple ordenamiento, no por prioridad, con el tiempo del Médico, y tratemos de desglosar las áreas que incluye buscando un análisis de cómo se "sumerge", el profesional en el manejo del tiempo.
1- EI tiempo de la tarea médica.
2- EI tiempo de su formación continua.
3- EI tiempo, de su formación humanística.
La Tarea Médica:
Sin pretender acotar demasiado el amplio campo, que en forma de hipótesis, incluye la actividad de la medicina, ocupémonos, de dos áreas prioritarias en sus funciones:
1- EI tiempo de la entrevista médica.
2- EI tiempo de la visita domiciliaria, y hospitalaria.
1-EI tiempo de la entrevista.
Con referencia a éste punto, ya efectuamos algunas consideraciones, cuando nos referíamos a los cambios en la duración de la entrevista desde la década del cincuenta con el ejemplo de los grandes clínicos, al presente. En ése contexto de actividad médica, el médico podía decidir la duración de la consulta.
El médico actualmente, puede "elegir" la duración de la entrevista? En la gran mayoría de las situaciones, no. En una obra social, existe la imposición del número de pacientes que deben ser examinados en una fracción de tiempo. En Hospitales y Sanatorios, el ámbito del consultorio está en general acotado, y si el médico decidiera extender la atención de un paciente porque la circunstancia lo amerita, el siguiente profesional, le golpea la puerta porque "sus" pacientes verán reducidos el tiempo de atención. En el consultorio privado, el espacio físico tiene un costo que debe ser solventado con un mínimo de rentabilidad. Me temo que el médico es dentro del sistema de salud actual, el que tiene menores posibilidades de decidir. Pero debiera bregar contra todas éstas dificultades para poder posicionar la opción de la elección.
La presencia de los "agentes gerenciadores", en los sistemas de salud, provoca una enorme presión para el desenvolvimiento de la actividad médica. Imponen restricciones, limitan la libertad de manejo de los estudios y terapia, supervisan con auditorias no siempre solventes, y son los principales responsables de la limitación del tiempo en el trabajo médico. transfer rumours
Es una obviedad que a los gerenciadores, les interesa que "todos" los clientes de la empresa, lo que lo requieran, sean atendidos, mal o bien, en una fracción de tiempo limitada, para reducir costo y hacer más rentable el servicio.
Aquí volvemos a ocuparnos de la trascendencia que el paciente y el médico otorgan a los estudios técnicos versus la entrevista médica. Pensamos que éste concepto ha sido alimentado en alguna medida por nosotros mismos, cuando al tener que limitar el tiempo de la entrevista y dedicar poco tiempo al examen clínico, al contacto humano, a la contención, sufrimos la necesidad de completar el vínculo con estudios complementarios, en su mayoría técnicos, y no siempre imprescindibles, pero que nos otorguen más seguridad y la opción de una segunda visita.
2.El tiempo de la visita domiciliaria y hospitalaria.
Los sistemas de emergencia, que tanta incidencia y vigencia tienen actualmente, han reemplazado casi definitivamente a la tradicional, y muy valiosa visita domiciliaria.
Vale plantearse, cuáles han sido las repercusiones que en el médico y en el paciente han tenido éstas modificaciones de hábito. Las peores consecuencias han sido para el enfermo, con la excepción de las infrecuentes emergencias muy graves. Cuando intentamos recrear las circunstancias que pudieren recuperar el vínculo médico- paciente, y esgrimimos la confianza, la camaradería, el conocimiento mutuo, la seguridad, hay pocas situaciones en las que pueden darse con tanta transparencia como en la visita domiciliaria. Lamentablemente, creo que en éste aspecto, es un camino sin retorno, más aún se consideramos la exigua retribución que el médico recibe de los sistemas por un acto médico que le insume traslados y tiempo mucho mayor que la visita en consultorio. Algo parecido ocurre con la visita en Sanatorios u hospitales, o en terapia intensiva, en donde frecuentemente los pasajes son una lectura de carpetas y pobre participación del enfermo.
2. El tiempo de la formación continua:
Este es, otro espacio perdido donde concurren muchos factores. El orden vertical que determina la actividad médica ha ignorado la importancia de la actualización y formación continua del médico. Es probable que algo similar ocurra en las demás actividades profesionales, pero la nuestra es una profesión de riesgo, y no poner al día la información que en forma de torrente tempestuoso nos inunda diariamente, significa quitarnos seguridad, salvo que nos aferremos equivocadamente a conceptos anacrónicos probablemente caducos. El ejemplo más sencillo es la tarea de los residentes a quienes se les exige cumplimiento de horarios estrictos, guardias reiteradas y jamás el espacio de la autoformación. Los estudios que informan del síndrome de "burn out" del médico agotado o "quemado", no se repite en ninguna otra tarea de formación, maestría, pasantía, o doctorado en ciencias sociales, básicas, o de la salud.
3. EI tiempo de la formación humanística.
Estas reuniones mensuales, generadas por la Comisión de Cultura, constituyen un hito importante, aunque su repercusión no sea necesariamente masiva. Aproximar al médico a una mayor culturización, debiera constituir la base de todos los procesos formativos educacionales en grado y postgrado. Hay una frase que solemos repetir con asiduidad y que se vincula con éste planteo, "El médico que solo medicina sabe, ni siquiera medicina sabe". La formación humanística, nos permite crear lazos de intereses comunes con el paciente, o comprender el desplazamiento de su inquietud de cuidado hacia áreas diferentes del conocimiento. Afortunadamente el Cambio Curricular, instalado en la Facultad de Medicina Estatal, con el protagonismo del estudiante en su formación, y el espectacular aumento de los contenidos humanísticos en las diferentes áreas sociales, va a repercutir en forma decisiva para tener una integración humana completa que facilite la comprensión de la problemática del paciente. La tendencia del nuevo plan de estudios, a que el propio estudiante, tenga la inquietud y capacidad para consulta de datos, va a generar en él, un cambio de actitud, ampliando el espectro social fuera del área médica.
Si bien hemos comenzado ocupándonos del tiempo del Médico, para definir cuál es el enfoque de las medidas del tiempo que nos inquieta, en éste momento vamos a ingresar al momento más interesante de la charla, el que otorga toda la razón a nuestro menester, el tiempo del paciente y el de la enfermedad.
Era sencillo pensar en cuál es el tiempo del médico, cuando es un médico el que habla, pero mucho más complejo es meterse en el espíritu y la problemática del paciente, y hablar desde ése lugar. Siempre repetimos, que lo que más nos apasiona de la tarea médica es vestirnos con la piel del paciente. Intentemos concebir la perspectiva del otro lado de nuestra actividad.
1. El tiempo de la Consulta. La percepción de la enfermedad.
Una pregunta que siempre nos formulamos, se vincula con comprender, cual es el motivo por el que algunas personas no encuentran "tiempo", para la consulta médica, y otros tienen un respeto perfecto de la asiduidad pactada, o impuesta por el propio paciente. Intentemos bucear en la profundidad de las razones invocadas.
A. No tuve tiempo porque..., y así se gesta una justificación que para el paciente es adecuada pero desde la perspectiva médica, o un observador neutral, parece un absurdo planteo. Por ejemplo, estaban haciendo arreglos en mi casa, se casó mi hijo,
etc Este tema nos entusiasma analizarlo, porque tiene enormes repercusiones en el
destinatario de la tarea médica. Reflexionando, se podría pensar junto al enfermo:
Al:" El cuidado de la salud es un hecho secundario, y puede postergarse".(Negación? o desinformadón?)
A2: "Si no siento nada, para qué ir al médico ¡".(Razona miento acotado, con componente de temor a la enfermedad).
A3; "los médicos agrandan los problemas, y salgo con más inquietudes que con las que entré* {Observación discutible, pero respetable).
A4:"Cada vez que voy, empieza con interminables estudios..."(Tendencia cierta, pero no generalizable).
Estos cuatro planteos ameritarían cada uno, un análisis exhaustivo, y un desarrollo prolijo, que actuaría en forma interesante, en la adherencia del paciente a los controles, a la medicación, o a los estudios. Pero no constituye el eje de nuestra conversación. Simplemente ejemplifica con trazos gruesos los tiempos de la concurrencia al consultorio, y los motivos de su perturbación.
B. La percepción de la enfermedad. (Escuchar el cuerpo).
Tenemos "Tiempo" para escuchar el informe, del estado del cuerpo??.Existe ése tiempo??. O es solo un desarrollo personal?
El espectro es amplio. En nuestra base de datos, estructurada entre enero de 1970 y y diciembre del 2003, tomamos una muestra de 1000 casos para analizar la capacidad de registro de información por parte de los pacientes. Una observación pertinente se refiere a que no existe vinculación entre el nivel de educación alcanzado, y la capacidad para percibir e identificar los malestares. Por el contrario, encontramos una mayor incapacidad para definir el síntoma dentro de un aparato determinado, en las personas con altos niveles educacionales y tendencia intelectiva. Mientras que el 61% demostró buena aproximación, para relatar las molestias, el 30%, no pudo identificar por ejemplo la diferencia entre una palpitación y una molestia digestiva.
Otro tema que justificaría un extenso análisis del comportamiento sin pretender esbozar una etapa de "autoayuda", en el transitar de la presente charla. ¿Deberemos usar parte de la visita médica para "formar" al paciente en la tendencia a "percibir" las demandas del cuerpo?. No tendríamos la menor duda que debiéramos hacerlo con aquellos que han logrado la categoría de pacientes frecuentes y responsables, dedicando gran parte de la entrevista para desarrollar la actitud de saber discernir la importancia de los "avisos" del cuerpo, para informar sobre el comienzo de una enfermedad, o de la agravación de una previa. Nos gusta comentar la observación personal que, las personas que realizan actividad física frecuente tienen mucha mayor capacidad para comprender los signos corporales que los sedentarios. Tampoco en ésta problemática podemos consolidar un esquema rígido. Un porcentaje respetable de pacientes, "oyen" mal, o les parece escuchar en forma frecuente avisos inexistentes del cuerpo. Nos referimos a los clásicamente denominados, hipocondríacos, en éstos es muy difícil generar un criterio adecuado y real de escucha. Pareciera que hubiese que respetar la tendencia a la queja, y no sentir que están consumiendo nuestro tiempo innecesariamente.
C. La Demanda de tiempo por el paciente.
Intentemos responder a la pregunta de cuánto tiempo "necesita" el paciente para sentirse conforme con la dedicación prodigada.
Es una obviedad aclarar que en ésta situación no puede haber un patrón fijo. Hay pacientes muy demandantes, que continúan sentados a pesar de haber tenido el médico la actitud de dar por finalizada la entrevista. Otros, en cambio se paran de la silla para irse, o se levantan de la camilla antes de la finalización del examen clínico. No se nos ocurre una forma definida para esbozar una posible solución. Este problema, ingresa dentro de los riesgos de nuestra profesión, y dentro de las angustias cotidianas que nos condenan a vivir pendientes de los retrasos, de la impaciencia del próximo paciente, y desatender al que se encuentra en el consultorio. En éste momento de nuestra vida profesional, esa presión constituye el principal malestar que perturba el disfrute de la actividad cotidiana.
Pasemos al tema final de la charla, donde quizá nos sintamos más cómodos, y ustedes algo más interesados el, "Tiempo y la enfermedad".
En nuestra época de estudiante, solíamos pensar mucho, en un aspecto vinculado al cursar de la carrera, y que nos conectaba a algo que denominábamos, el "Reloj Biológico". Ahora ése tema, forma parte de la Medicina y la Investigación, como la Cronobiología. En el primer año, teníamos la opción de elegir los prácticos de Anatomía por la mañana, o por la tarde. No tuvimos dudas en elegir por la tarde, y grande fue nuestra alegría, cuando nos enteramos que el examen final era por la noche. Nuestro rendimiento empezaba por la tarde, como nuestras miradas, en la plaza principal de la ciudad natal. Con lo que podíamos referirnos a modalidades matutinas y vespertinas. Si hablamos de reloj, hablamos de "ritmos" biológicos. Denominamos ritmos, a las situaciones que se repiten con una asiduidad determinada. La constancia con que se repiten, se denomina frecuencia. El mundo y sus pobladores se rigen por ésos ritmos, y su adaptación es desiderativa para la supervivencia. Pero cuando contábamos de nuestro reloj biológico, nuestros mejores ritmos para rendir examen, no éramos muy originales, porque ya los egipcios, 4720 años a.C.(l), comentaban en su calendario la existencia de los ritmos biológicos. Alejandro Magno, IV siglos antes de Cristo, en sus trayectorias guerreras, observó la tendencia de algunos árboles, a la apertura y cierre de las hojas en un horario determinado. Más tarde en los versículos anónimos del Eclesiastés, se decía con claridad: "Todas las cosas tienen su tiempo y su momento bajo el sol".EI naturalista sueco, Cari Von Linneo, responsable de la primera clasificación sistemática de los tres reinos de la naturaleza, observó que la apertura y cierre de los pétalos tenían un ritmo particular para cada especie, a tal punto que al combinar diferentes variedades podía acertar con precisión las diferentes horas del día según el comportamiento de las plantas. Fue entonces que diseñó un jardín con diversas variedades, de tal manera que en un momento dado desde su ventana podía predecir la hora con precisión. En 1729 un astrónomo, Jean Coulous de Mairan, hizo una primera experiencia simple y demostrativa. El heliotropo, abría sus flores de día y las cerraba de noche, al experimentar colocándolo en la oscuridad, notó que el ritmo continuaba igual, o sea que existía un reloj interno, que en el heliotropo, regía ése comportamiento. El mismo Mairan, sospechó que ésa manera rítmica debería existir en animales, con lo que experimentó, en la mosca de la fruta, pájaros y ratones.
Retomando el tema de la definición y análisis de los ritmos, y para ser más simple la comprensión de términos de uso médico, cuando la frecuencia supera la duración del día, hablamos del ritmo Ultradiano, tal es el caso de la menstruación, en el humano, y las estaciones, en la naturaleza, con las esperables repercusiones en todos los seres vivientes. Circadiano, como el que se repite dentro de las 24 hs. de un día completo. El término viene del latín, Circa: "alrededor", die: "día". El mejor ejemplo es el ciclo de la vigilia-sueño en el humano. Pareciera ser el ritmo más estable y más difícil de modificar. Un ejemplo es lo complejo que resulta cambiar en lo laboral desde un horario diurno al nocturno, con un largo proceso de adaptación, y con el agravante de la presencia de frecuentes accidentes en el trabajo. En cambio es mucho más sencillo y no tiene consecuencias, pasar del nocturno al diurno. En la naturaleza el más sencillo ritmo circadiano es el día solar. Infraadianos, cuando se dan dentro de una fracción determinada del día como sería las fases del sueño. (Sueño profundo, superficial), o los milisegundos de la activación de una célula cerebral. Los ritmos importan, o es solo una clasificación? Demos un ejemplo sencillo y gráfico: el 50% de los accidentes cerebro- vasculares, se producen a la mañana (2). El 42% de los Infartos Cardíacos también (3).
Y las muertes súbitas cardiacas, probablemente relacionadas con una arritmia tienen un neto predominio matinal (4). Si le agregamos la combinación de otros dos "ritmos", hay un predominio definido en invierno, y los días lunes. En el despertar hay un claro aumento de necesidades energéticas y de oxígeno, con una probable disminución de la oferta. Seamos sabios como nuestros ancestros santiagueños, y solo nos levantemos para que no se nos junte con la siesta.... Pero intentemos comprender cuál es la estructura, o la fisiología que explica éstos hechos.
Mencionamos el predominio matinal de los problemas vasculares cerebrales. Intentemos justificarlo analizando el mecanismo de producción.
Sabemos que, por el registro, o control de todo un día de la presión arterial, con una grabación, hay un pico, o sea ascenso brusco de presión entre las 6hs y 7hs, y otro a las 17hs. Y un valle, o sea descenso, a las 3hs. y a las 17hs. Como imaginarán, de estas observaciones debió nacer el criterio de la Cronoterapia, pero aclaremos no en el sentido peyorativo que a veces usamos los médicos cuando hablamos de las enfermedades que se curan con el tiempo y sin nuestra intervención, sino del aprovechamiento de las oscilaciones mencionadas, para implementar la medicación que resultare funcional a ellas. Es decir, debiera seleccionarse medicación que se adapte a los ritmos. Hablamos de Hipertensión, pero son muchos los padecimientos con un ritmo particular, sin extendernos, mencionamos la depresión, el asma bronquial, la úlcera gástrica-duodenal. Si los ataques de asma son a predominio nocturno, por una particularidad en el comportamiento del bronquio, no demos la medicación preventiva en la mañana. Sin profundizar en exceso, respetando la presencia de un público eventualmente heterogéneo, expliquemos que en el despertar, se segregan la mayor parte de los corticoides del día, aumenta la adrenalina y se eleva la presión y el ritmo cardíaco, se incrementa la actividad física, la sangre tiende a espesarse, con lo que es razonable entender porque se tapan con más facilidad las arterias del cerebro y el corazón. (5)
También la formación del colesterol, tiene un ritmo circadiano/ o sea dentro de las 24hs. La enzima responsable de su formación en el hígado y los tejidos, trabaja a predominio nocturno, por lo que la medicación más usada, las estatinas, que reducen la actividad de ésa enzima, debiera administrarse de noche.
La Cronoterapia, mencionada en el buen sentido, puede constituir un excelente aliado del clínico. Pero debemos ser claros, si bien, la gran mayoría de los médicos conocen el mayor riesgo matutino, solo un 66% insiste y subraya la necesidad de la ingesta matutina de la medicación en la hipertensión. Un estudio realizado con el grupo Health Physician, demostró que el 92% de los médicos en USA desconocen o ignoran la importancia de la Cronobiología y la Cronoterapia.
¿Cuándo la Cronoterapia es particularmente útil?:
1. Cuando los síntomas cambian con el correr del día en forma predecible.
2. Cuando la forma de actuar de los medicamentos se influye por los ritmos biológicos.
3. Cuan do los efectos adversos se vinculan con los horarios.
4. Cuando se usan hormonas.(Corticoides-Levotiroxina).
Cuando recordamos con sonrisas nuestra tendencia vespertina de la adolescencia, nos inclinamos a razonar que los ritmos biológicos, están genéticamente programados sin ser del todo independientes de las influencias ambientales. Pero que ha ocurrido con los años?, que nos hemos vuelto matutinos, pero con algunos matices de la juventud. No es necesario ser expertos observadores, para señalar que en general los adolescentes son vespertinos y los de tercera edad somos matutinos. Hablamos de Cronobiología y Cronoterapia, pero no aclaramos de donde surge la palabra Cronos. Se trata de un Dios de la Mitología Griega como tal, y denominado Saturno en la Romana. Hijo de Urano y Gea. Recordemos que Gea o Gaia es la madre Tierra, la primer habitante de las Tinieblas, engendra a Urano, (el Cielo), y se une a él, dando origen a los cíclopes, (Monstruos de un solo ojo), y los Hecatónquiros, (monstruos de cien brazos y cincuenta cabezas), para finalmente procrear a Cronos. Gea pide a Cronos que la auxilie para evitar el embarazo no deseado, y en vez de otras técnicas menos agresivas, le entrega una hoz que ella misma afila, para interrumpir la excesiva fertilidad de Urano. Cronos vence a Urano y le amputa los testículos, comenzando su reinado en el Olimpo. Pero como sabe que uno de sus hijos lo matará, los devora apenas nacen. Esta imagen está magistralmente registrada por Francisco de Goya, en un magnífico cuadro. El Dios Cronos, Dios del Tiempo, está simbolizado como un viejo descarnado y triste, con la hoz que representa a la muerte, y devorando la vida apenas se produce. Y lamentablemente eso es el tiempo, nos devora la vida en el momento que la instala. Ahora mismo con ésta perorata, les estamos gastando un tiempo precioso. Pero también la hoz representa la cosecha y la fertilidad de la tierra, y el cruel Cronos, luego da origen a algo más amable como la ciencia de la Cronobiología y la Cronoterapia.
Pero es interesante observar, como es la percepción del tiempo en las diferentes edades. Un ejemplo sencillo, esta mañana al llegar al vestuario de la pileta donde hacemos natación, un joven que compartía la llegada, abre el casillero y dice "Un día más"... Con cierta cadencia de aburrimiento. En forma automática, y sin pensar dijimos: "Un día menos”. Con mucha tristeza. Pero como todo hecho subjetivo debiera ser cuantificado, aún las percepciones, se hizo un clásico experimento, colocando en un cubículo cerrado, personas de edades diferentes, y luego del transcurrir de un minuto, se les interrogó sobre el tiempo transcurrido. Las diferencias fueron notables, pero, para no pormenorizar el estudio, el adolescente dijo 3 minutos y un "joven" de la tercera edad, 20 segundos.
Queremos finalizar, con dos comentarios, el primero referido a la valoración del tiempo. Hay una frase de Wolfgang Goethe, que ronda nuestra cabeza desde la adolescencia, "El más grande logro del hombre, es poder determinar sobre las circunstancias, y evitar que las circunstancias lo determinen~. Hace poco leyendo a Rosa Montero, en "La loca de la casa", y al enterarnos que gran parte de su tiempo el Escritor y filósofo alemán lo consumió organizándole fiestas al archiduque de Weimar que lo empleaba, entendimos porque la escribió. Desde los 25 años el autor del formidable libro "Las Desventuras del Joven Wherter", entró como empleado de ésa minúscula corte, y fallece a los 83 en la misma condición. Además de fiestas tenía que, por ejemplo, revisar los sistemas de riego, o el trabajo en las minas. No por eso dejó de escribir grandes obras, pero al escribir el Fausto, y poner en escena el "vender el alma", elípticamente debió ocuparse de su tragedia personal. En su libro "Poesía y Verdad", que leímos parcialmente para corroborar la afirmación de la escritora citada, cuenta con sutilezas la necesidad que lo impulsó a elegir de ésa forma su tiempo. La frase la citamos, para referirnos a, como percibimos la importancia del tiempo. Por ejemplo, alguno de ustedes, por compromiso, (las Circunstancias) debieron venir a ésta reunión y no plantearse en un día viernes de las vacaciones, una elección más divertida. Determinar sobre la circunstancia, usar el tiempo como decisión, no por compromiso, seguramente, sería una manera de aprovechar el tan valioso tiempo, con un criterio selectivo.
Para finalizar quiero agradecer la invitación de participar en el mismo estrado que ocuparon, y van ocupar figuras de enorme relieve cultural, y a quienes siempre he admirado por su actuación en las correspondientes áreas elegidas.