Conferencia por Arqto. José María Marchetti sobre "El Tiempo y la Arquitectura"


Alberto J. Muniagurria La Comision de Cultura del Circulo Medico de Rosario se siente muy orgullosa de poder ofrecer este ciclo de Conferencias que este año fue denominado Vidas Paralelas.

En la tarde de hoy se abordara el tema de Einstein y la Arquitectura. 

En un sentido amplio, William Morris da la siguiente definición de arquitectura:

Ella abarca la consideración de todo el ambiente físico que rodea la vida humana, sin poder sustraerse de ella mientras se forme parte de la civilización, porque la arquitectura es el conjunto de modificaciones y alteraciones introducidas en la superficie terrestre con objeto de satisfacer las necesidades humanas, exceptuando sólo el puro desierto.

Es ciencia y arte. Es orden y desorden. Desde los más exactos trazos de suposiciones, hasta las más expresivas pinceladas de la realidad, la arquitectura es exactitud y libertad, la arquitectura es el lugar, es el contexto de la vida.

Y casi pareciera por ello imposible que no tuviera vínculos con uno de los hombres de ciencia de protagonismo más prominente en la sociedad moderna.

Este es el desafio del arquitecto José Marchetti, quien nos mostrara, esta tarde, esos vinculos entre Einstein y la Arquitectura.

El ha disertado en nuestro ciclo sobre el Tiempo y ha tenido participación en proyectos de nuestra casa. Su dimensión docente, y su actividad en Rosario, a través de su profesión, merecen el reconocimiento de expertos urbanistas.

Marchetti ha hecho de la arquitectura un arte en su sentido más elevado, siguiendo un orden matemático, para perseguir la armonía completa 

Es para mi un gran honor presentarlo esta noche

José María Marchetti: El tiempo existe entre el principio y el fin de todas las cosas .La arquitectura existe incluyendo el tiempo .
El tiempo existe en el mundo durante el transcurso de la vida en todo aquello que recorremos el tiempo es el pasado y el futuro
El presente es tan atemporal como el infinito porque en el, el tiempo deja de transcurrir
El tiempo como la dimensión del universo parece no tener límites .
La arquitectura es esencialmente un espacio con limites
Para el hombre nada es más trágico que el fin y nada es más alienante que el infinito La arquitectura es pensada para resolver una función específica sin pensar que la obra puede durar miles de años
Lo inexplicable del inicio de la vida y lo más inexplicable que es el fin o el no fin del universo producen la necesidad de crear límites
Los límites están explicados por los dioses que nos revelan lo imposible de resolver y todas las sociedades de la historia han creado dioses que permiten olvidar la búsqueda de lo imposible de resolver.
Los límites se convierten en necesarios para la existencia ya que la ausencia de límites nos ubican en el vacío del universo infinito tanto en en el espacio como en el tiempo .
La arquitectura y la ciudad que se construye en la suma de obras que nos rodean crea límites en el espacio y en el tiempo resolviendo al hombre su existencia y le permite el transcurrir sin el pánico del infinito’
La arquitectura y la ciudad se convierten en el laberinto que reproduce la existencia aleatoria e imprevisible y por lo tanto cuanto más complejidad produce , más dudas y esperanzas crea sobre el tiempo futuro
Por esta razón la arquitectura es una de las más valiosas creaciones de la humanidad es la expresión de una cultura y la materialización de un pensamiento o de una filosofía
es la proyección de una sociedad en el espacio construido
La transformación del espacio a través de la arquitectura es la realización de una idea y la concreción de un pensamiento.
Es una forma de entender el espacio y el tiempo,
La arquitectura define y transforma el espacio.
Ocupa un espacio natural y lo elimina.
El espacio creado puede ser solamente interior como en el caso de las grutas creadas por el hombre en el período paleolítico o la arquitectura puede carecer de espacio interior como en el caso de las pirámides de Egipto, pero en todos los casos la arquitectura transforma el espacio y violenta el espacio natural.
El tiempo es continuo y por lo tanto no se puede descomponer en elementos.
El espacio contiene divergencias que se producen a través del tiempo El tiempo es percibido por nuestros sentidos indirectamente
Y se hace perceptible por el cambio de posición en el espacio de los objetos o del sujeto La relación entre sujeto y objetos es el espacio en el tiempo.
No existe espacio sin tiempo por lo tanto no existe tiempo sin espacio y todo transcurso es un modo de encontrar imprevisibles
LA IMPRESCINDIBILIDAD DE LO IMPREVISIBLE
Las casas de Wright son siempre laberintos con ingresos casi escondidos que inician recorridos inesperados.
El pabellón de Barcelona es el paradigma de un laberinto donde ningún espacio termina y donde cada nueva perspectiva modifica la sensación anterior.
La casa Curutchet en La Plata es un laberinto tridimensional que logra complicar el espacio hasta el último nivel de los dormitorios.
El mausoleo de Kubischek es un constante cambio de luz transformando el espacio en inesperadas situaciones que lo convierten también en un laberinto de luces, sombras y colores.
Las obras de arquitectura deben plantear espacios imprevisibles, como reflejo de la existencia, tanto en el espacio como en sus recorridos, como en un laberinto donde lo esencial es la ausencia de estabilidad.
La ausencia de límites la hemos visto sobre todo en los crecimientos periféricos de las ciudades vacías y exentas del espacio social de la ciudad que tanto nos preocupa,y de algún modo esta situación la registra Bradbury en un mundo sin plazas ni calles peatonales cuando “un individuo caminando entre grandes avenidas de autos es apresado por la policía, por el solo hecho de caminar y conducido a una clínica psiquiátrica por haber sido sorprendido usando las piernas en una sociedad en que las piernas han sido sustituidas por ruedas, por haber sido sorprendido usando los ojos en una sociedad en que los ojos han sido sustituidos por la televisión, por haber sido sorprendido respirando oxígeno en una sociedad en la que el oxígeno ha sido reemplazado por el aire acondicionado”.
La ausencia de cambios o de situaciones nos tranquiliza pero a través del tiempo se convierte en la ausencia del tiempo transcurrido.
La repetición de los hechos y la obviedad del futuro producen la depresión y la desesperanza, solamente nuevas posibilidades y nuevas aventuras permiten la continuidad de la existencia.
Todas las ciudades medievales o las medinas árabes tienen los elementos que caracterizan un laberinto es decir la posibilidad de un cambio.
Calles curvas , callejones sin salida, casas con pasadizos que a su vez comunican a calles sin salida y perspectivas truncadas crean lo imprevisible y por lo tanto la esperanza.
Las iglesias , los palacios , las mezquitas de aquellas ciudades o las torres de las grandes ciudades actuales aparecen de pronto detrás de un perfil más bajo que las acompaña y surgen de generaciones que construyen las ciudades que son el mayor laberinto que los hombres pueden construir para escapar del vacío de un universo sin límites .
La ciudad es así una defensa frente a la agresión de la naturaleza y por extensión al laberinto del espacio sin límites’
En muchos relatos Borges contrapone esos dos laberintos, el realizado por los dioses , el universo , y el concebido por los hombres , la ciudad diseñada para confundir a otros hombres y en ese acto usurpar lo que solo es propio de los dioses : La creación .
En la historia de Los dos reyes y los laberintos (el aleph 1952 ) Borges describe estos dos laberintos
El concebido por un rey de las islas de Babilonia que congregó a sus arquitectos y magos y les mandó construir un laberinto tan complejo y sutil que los varones más prudentes no se atrevían a entrar y los que entraban se perdían.
Allí llevó a un rey de los árabes y lo hizo penetrar en él.
Allí quedó el rey encerrado y perdido durante largo tiempo.
Cuando al fin logró salir condujo al rey de Babilonia a Arabia donde lo abandonó en otro laberinto
Un laberinto donde no hay escaleras que subir ni puertas que forzar , ni fatigosas galerías que recorrer, ni muros que te veden el paso :    el desierto.
El desierto se constituye en el peor laberinto imaginable porque no tiene estructura que desentrañar
Porque está tejido de tiempo y espacio y se repite igual a sí mismo, indefinidamente semejando el infinito.
Tiene el desierto uno de los requisitos fundamentales del laberinto:
No dejar salir a quien entre en él y una peculiaridad la infinitud que se percibe desde el comienzo y que genera la desesperanza
Contrastando con la esperanza de salida que siempre hay en los laberintos construidos por el hombre y que de algún modo reflejan la esperanza que otorga el tiempo en la vida de los hombres
Al final de cada momento , al final de cada curva, al final de cada tragedia, al final de cada puerta, donde siempre queda la esperanza de que éste sea el último obstáculo aunque todos sepan que nada es peor que el fin del camino en el encuentro con la muerte es decir con el infinito .
El laberinto creado por los hombres está siempre tejido de esperanzas y el laberinto creado por los dioses sólo puede ofrecer la desesperanza del espacio sin tiempos.
Por esto el tiempo se convierte en los espacios arquitectónicos como una sucesión de imprevistos para crear el suspenso y la esperanza del cambio que es esencia del tiempo e imposible en el infinito.
Las grandes obras creadas por el hombre son siempre laberintos impredecibles
Las obras de Shakespeare tienen el valor de reflejar permanentes cambios y sorpresas.
Nadie puede imaginar los sucesivos imprevistos de Otelo .
El cine es una obra de arte en el continuo de imprescindibles que plantea,
En Casablanca hasta el último minuto no sabemos si Ingrid Bergman queda con Humphry Bogart o Paul Henried y nadie imagina que para Bogart el fin puede ser una gran amistad con Claude Raines .
Nadie puede suponer cuando Beethoven cambia en cualquiera de sus sinfonías un tiempo metódico y simple por una intervención de gran intensidad.
Las operas de Verdi son una continua sorpresa hasta el momento final.
Nadie puede saber que sucederá mañana.
La arquitectura y las ciudades reproducen en sus laberintos los imprevistos de la existencia
Cuando lo construido elimina la magia de lo desconocido y deja de crear situaciones nuevas inimaginables nos acercamos a la imbecibilidad de lo obvio.
En cambio cuando la arquitectura crea en el tiempo imprevistos espacios se verifica la necesaria imprescindibilidad de lo imprevisble de toda obra de arte.
Nada es más ineludible que el cambio en el tiempo ya que nada es real ni subsiste salvo la incesante transformación hacia el fin.