Cuarta película de un total de diez que se hicieron sobre el tema del Dr. Kildare rodada en el año 1939 por la Metro-Goldwyn-Mayer
El cáncer del doctor Gillespie, un melanoma, ha empeorado, y le ha obligado a tomar un descanso en lugar de encargarse de un estudio médico. Kildare se niega a ayudar a Gillespie, y en su lugar acepta un caso de ceguera histérica. Es la hija de un millonario que podría ayudar al hospital.