por Dra. Ana María Zeno (1922-2011)
Todas las culturas están imbuidas de patriarcalismo, sexismo y misoginia, cuya expresión más cruda es el machismo. Este hace mucho daño a las mujeres, pero también a la sociedad, a los hombres; por eso la lucha debe ser de todos. Las muje¬res han demostrado, entre otros hechos, la ’’feminización" del analfabetismo, la pobreza, la desnutrición, etc.; la violencia familiar, violaciones, mutilaciones genitales. Las mujeres miran a través de sus ojos y no quieren que su destino lo determinen los demás. En el campo de la salud, surgen también movimientos femeninos. La verdad es que la persona experta en mujeres, es la misma mujer.Haciéndose eco de lo anterior, en 1994, la OMS (a nivel internacional), y la FASGO (a nivel nacional), consideran que la mujer no debe ser discriminada y debe participar en todos los órdenes. La FASGO creó una Comisión de Médicas Tocólogas y/o Ginecólogas, (de la que formé parte) para que propongan normas de acción.
Transcribo parte de mis propuestas para una mayor participación femenina en ginecología y obstetricia.
• Medicalizar lo menos posible
• Tecnificar lo menos posible: por ejemplo el embarazo, el parto; se conocen los abusos cometidos con las cesáreas, calmantes, anestesias, etc.
• Confiar en el personal femenino capacitado para la atención de la gestación y el parto. Por la tecnificación antes mencionada, a algunos médicos les cuesta aceptar tal participación.
• Salud reproductiva y sexual en general. La mujer es más vulnerable durante los períodos de gestación, parto y lactancia; en cierta medida también durante la menstruación y climaterio. Ello se agudiza cuanto más carenciada es; de ahí la gran responsabilidad social.
• Derechos reproductivos. Concepto que va más allá de las presiones demográfi¬cas, programas de planificación, métodos anticonceptivos. Tienen que ver con la salud sexual, con el derecho y el deber de la mujer de ser dueña de su destino, de poder elegir.
• Derechos eróticos, tantas veces distorsionados y negados a las mujeres. El placer sexual, mejora la calidad de vida. El displacer: algopareunia, falta de deseo, lubricación, orgasmo, puede enmascararse detrás de diferentes síntomas, confundiendo el diagnóstico. Además el ginecólogo, con simples aclaraciones, sentido común, etc., puede resolver varias de las situaciones antes descriptas, sin necesidad de derivar al sexólogo.
• Victimización - Mujer golpeada, mujer objeto, abuso sexual, prostitución, violación, deben tratarse en consultorios ginecológicos; el primer paso es la contención. Además los profesionales de la salud deben conocer lo que sucede en otras culturas y clamar contra tales prácticas: mutilaciones genitales, denigrante poligamia, aborto selectivo de fetos femeninos, infanticidio de recién nacidas y demás.
• También se debe clamar y buscar soluciones por la muertes, complicaciones, secuelas por embarazo no deseado, aborto clandestino; por alcoholismo, droga- dicción, SIDA, etc.
• Consentimiento informado. La OMS, en 1994 incorporó el derecho del paciente de ser informado y el deber del médico de informar. La relación médico paciente no se la concibe más teñida de paternalismo y menos de autoritarismo, y al paciente como alguien pasivo. Quiero destacar algo importante: el médico debe responsabilizar, informar, pero no tratar de lograr el consentimiento con datos que atemoricen. Por ejemplo: "señora, cuando la opere del fibroma uterino, conviene extirparle sus ovarios, pues corren el riesgo de desarrollar un cáncer; si no le informa que ese riesgo es del 1%, falsea la realidad y logrará un consenti¬miento basado en la cancerofobia.
En Medicina se han producido cambios conceptuales. Pero se sigue consideran¬do más lo orgánico que lo funcional, la enfermedad más que la salud, el tratamiento más que la prevención, a medicar más que a no medicar, al paternalismo más que a la discusión franca, etc.
Estas y otras actitudes similares, suelen ser motivo de quejas de muchas muje¬res, quejas consideradas por la OMS y la FASGO, según vimos.