La vida de "el puntano" y su paso por la Facultad de Medicina.
Nacido en Villa Mercedes, San Luis, el 13 de septiembre de 1903. De ahí el nombre universitario "el puntano",se trasladó a Rosario, con sus padres siendo muy niño.En las aulas del Colegio Nacional trabó amistades que perdurarían a lo largo de su corta vida. Aún adolescente hizo una rápida elección de la carrera a seguir, como consecuencia de una grave enfermedad de su madre.
En los claustros de la Facultad de Medicina demostró desde sus comienzos, contracción al estudio y su vocación de servir.
Junto a José María Fernández, González Sabathié Silvestre Begnis y Devoto consagró horas y horas al oficio de aprender y curar, logrando los cuatro descollar científicamente en la plenitud de sus vidas.
Franzini Herrera durante sus dos años de practicante (1926 – 1927) adquiría la cualidad más preciosa del profesional, como es descubrir lo cierto de lo dudoso en la salud del paciente, condiciones que no se adquieren con la enseñanza teórica de las aulas. A ese saber sapientísimo se conjugaba en Franzini, el sentido del humor, inclinado a la broma respetuosa con propios y extraños,quienes festejaban sus salidas oportunas.
Con su risa y sonrisa penetraba en los espíritus reservados por el dolor que buscaban el porqué de sus estado. A tal punto que sus mismas hermanas dirían: "Poseía en grado sumo el don de comprender a sus semejantes sanos y enfermos, al punto que prontamente inspiró confianza entre sus vecinos de barrio Parque, donde instaló su consultorio ni bien recibido de médico, en el año 1928."
Pronto vería el vecindario, al médico joven del barrio de impecable guardapolvo, quien pese a su juventud, era un ser humano excepcional que intuía el drama y la angustia que desencadena una enfermedad, que muchas veces alcanza a romper las estructuras familiares.
En el verano del 34 se sentía tan satisfecho con su profesión y su aceptación que llegaría a decir: "Soy feliz porque he hallado la inmortalidad. Mi novia me ha contagiado su fe y ahora estoy seguro de Dios a través de cualquier contingencia, a través de la vida y de la muerte, hará que aquello que amamos no se perderá jamás".
No le alcanzaría esa generosidad de pensamiento y esas verdades que vivenciaba como reales, porque el doctor Franzini en el apogeo de su vida, al cruzar la intersección de las calles Corrientes y 3 de Febrero murió como consecuencia de un accidente automovilístico. ¡El destino truncó la vida de un triunfador!
El doctor Pablo Borrás en el acto de imposición de su nombre al antiguo pasaje Las Ciencias de barrio Parque diría. "Es por ello que hoy en este homenaje de reconocimiento y de justicia, al perpetuar su nombre en una de las calles de esta ciudad y en uno de sus lugares más queridos, no puede faltar la palabra del Círculo Médico de Rosario, cuya representación invoco con íntima satisfacción y meditado honor".
... "y es nuestro deseo que el nombre del doctor Franzini Herrera inmortalizado en esta calle, señale a las generaciones futuras de médicos, especialmente en los períodos su conformación académica y espiritual, que toda valoración en la vida se elabora con la inteligencia, el trabajo y la razón, y que se da a conocer por medio del sentimiento, el corazón y el alma".
En el acto de descubrimiento de la placa que lleva su nombre en el pasaje mencionado, el presidente de la Comisión del barrio dijo enfáticamente: "Recuerdos tan austeros. Huellas tan beneméritas. Trayectoria tan vívida y ejemplificadora como la que marca la memoria el paso fugaz del que fuera en vida el Dr. Franzini Herrera, no puede ni debe caer en el abismo del olvido, ni debe ni puede ser cubierta con el sayo sombrío de la ingratitud. (...) en nombre de todos aquellos que lo conocieron, ofrezco este modesto homenaje, considerando que cumplimos llevando al bronce el imperecedero nombre del ilustre y filántropo galeno."