Exitoso debut como director de películas de serie A de Robert Altman
Exitoso debut como director de películas de serie A de Robert Altman (antes había hecho un par de películas de muy bajo presupuesto que apenas fueron distribuidas como La vida de James Dean y decenas de episodios de televisión de series como Bonanza). Ganó la Palma de Oro en Cannes en el año 1970. Con una estética muy de los años 70, un poco anticuada, y un sentido del humor bastante personal, el realizador hizo una sátira antibélica a través de unos médicos juerguistas que toman una posición cínica ante la tragedia de la guerra de Corea. En lugar de quejarse o lamentarse por su trágica situación, se lo toman todo en clave de humor o intentan jugar una partida de golf.

El filme anticipa la línea realista que se va a dar durante toda la década, en la que se van a hacer filmes de guerra que, a diferencia de los que se hicieron en años anteriores, no resaltan el lado heroico, sino que tratan los conflictos en toda su crudeza. Se da la paradoja de que el realizador Robert Altman se convirtió el mismo año, primero en un realizador de gran fama, por el éxito de este filme, y poco después en un apestado por el fracaso de su siguiente trabajo, El volar es para los pájaros, la historia de un niño que siempre había soñado con volar. A partir de ese momento se mantuvo al margen de la industria, obteniendo sólo éxitos relativos con filmes como Nashville. En los años 90 comienza a obtener un efusivo éxito de público tras volver a obtener la Palma de Oro con El juego de Hollywood. Vendría entonces su mejor etapa con títulos como Vidas cruzadas o Cookie~s fortune.

La gran popularidad de M.A.S.H. en su época puso de moda a los dos intérpretes principales, Elliott Gould y el magistral Donald Sutherland, y además, se hizo posteriormente una serie de televisión, con el mismo título, que se mantuvo varios años en antena, protagonizada por Alan Alda. La película obtuvo el oscar al mejor guión.

Veterano Robert AltmanY no de guerra precisamente. Hasta cinco veces estuvo nominado al Oscar al mejor director Robert Altman. La última por Gosford Park. Y antes por Vidas cruzadas, El juego de Hollywood, Nashville y M.A.S.H. Pero la estatuilla se le resistió. Quizá sea su visión ácida de la vida, que no es plato al gusto de todos. Si encima es autor de un film vitriólico sobre la meca del cine, como fue El juego..., la cosa empieza a explicarse.